Coronavirus. La realidad.

Después de la buena acogida a mi primer artículo sobre este tema (del día 2 de marzo) , me veo en la obligación de escribir de nuevo ya que en una semana se han precipitado los acontecimientos. Yo hablaba de “dos películas” distintas respecto del Covid-19 y ya podemos ver que de las dos, la del virus que “es como una gripe” queda descartada.

A día de hoy puedo decir respecto al coronavirus que:
– Es un virus más contagioso que la gripe.
– Mucho más agresivo que la gripe y por eso se toman estas medidas tan excepcionales y nunca vistas en la historia moderna. Veamos estos dos puntos con detalle.

Un virus agresivo.

Tiene un porcentaje alto de muertes respecto a los contagiados. La semana pasada explicaba como ese porcentaje con los datos de entonces era del 6,9%. A día de hoy ya tenemos más de 100. 000 casos (a 9/03/2020 según datos de la OMS 113.585 ), pero de esos siguen enfermos 47.093 y han pasado la enfermedad 66.492 de los que han muerto 3.996.
Con estos datos si se dice que la letalidad es del 3,5% la curación es del 55%. Dicen lo primero pero no lo segundo. Pero si se quiere saber el porcentaje real de los que curan y mueren que ya han superado la enfermedad las cifras cambian mucho, curan el 94% y se mueren el 6%.

Estos son los datos reales y no el 2% que hablan siempre. Es previsible que esta mortalidad baje algo, ya que ahora se va conociendo algo más sobre como combatir al virus con ciertos medicamentos.

Es difícil tener datos al respecto pero parece que entre un 10 y un 15% de pacientes tiene un cuadro grave o muy grave.
Sabemos que afecta con más peligros a personas mayores o con patología previa, pero (y también es difícil contrastar este dato) 1/3 de los muertos es gente normal. Las primeras defunciones son grupos de riesgo pero pasadas 3-4 semanas empiezan a verse en gente sin riesgo que duran más semanas es estado crítico.

Sabemos que los niños se contagian menos y con menos gravedad. Todavía sabemos muy poco de esta enfermedad pero se están publicando trabajos y estudios en tiempo récord y la comunidad científica está volcada con este tema y ya se están viendo los frutos.

Medidas excepcionales.

A nivel mundial estamos viendo medidas drásticas en China y ahora en Europa y el resto del mundo.
De Italia ya no se puede entrar ni salir, en Madrid ayer se ha decretado la suspensión de guarderías, colegios y universidades.
Se suspenden eventos deportivos, congresos, viajes por todo el mundo. Ayer fue un lunes negro para las bolsas y el precio del petróleo cayó el máximo en 29 años.

Lo próximo será en España, que los eventos deportivos se tendrán a puerta cerrada, y la suspensión del transporte público ¡Y para que en España no se pueda ir al fútbol…!

Nos hemos levantado en Madrid con imágenes de grandes colas en supermercados desabastecidos.

Pánico

Cuando la información es confusa e incluso contradictoria y se empiezan a tomar medidas drásticas lo normal es que cunda el pánico. Si se tiene una información correcta y coherente y las cosas encajan, incluso siendo grave, la gente sabe a qué atenerse. Si se dan correctas pautas de actuación y se explica de forma acertada que hacer podrá haber preocupación, incluso miedo, pero el pánico será contenido.

Qué hacer

Las medidas que se están tomando van a frenar la propagación indudablemente, pero no van a extinguir el virus. Todo lo que sea frenarlo está bien para que dé tiempo a tener mejores terapias y vacunas. Pero si se quiere terminar con el virus y la crisis que esto genera a todos los niveles se necesitaría una respuesta mundial e igual de TODOS los países sin excepción durante 4 semanas.
Estamos preparados para tener unos servicios mínimos y dejar a la población 4 semanas en cuarentena. Pero esto necesita de un liderazgo internacional que hoy no tenemos y ni la OMS ni la ONU están preparadas para asumir.

Indudablemente que es un superesfuerzo muy difícil de conseguir pero no imposible. Si no, ya sabemos lo que va a pasar: más contagiados, más muertos, cuarentenas de grandes zonas incluso de países, que frenarán la propagación pero no la erradicación.